Los Chamanes siempre han creído que sus poderes eran los de los animales, las plantas, el sol, los de las energías básicas del universo.
Ellos han dirigido sus supuestos poderes en el jardín de la Tierra para ayudar a otros seres humanos a salvarse de la enfermedad y de la muerte, para comulgar con sus semejantes y parra vivir una existencia feliz en armonía con la totalidad de la naturaleza.
Ya siglos antes de Charles Darwin, los pueblos de culturas chamánicas estaban convencidos de que los humanos y los animales estaban relacionados. En sus mitos, por ejemplo, los personajes animales tenían una forma física esencialmente humana, aunque se distinguían entre sí por los particulares rasgos característicos de los distintos tipos de animales tal y como hoy existen en la naturaleza. Así, el coyote se caracteriza en las historias por su actitud perversa, y el cuervo por su dependencia impropia de que los démas cacen para él. Entonces, según diversos mitos de la creación, los animales tomaron las formas que tienen hoy, diferenciándose físicamente. Por ello, explican los mitos, los animales y los humanos ya no pueden hablar entre sí, ni los animales pueden adoptar forma humana.
Aunque el paraíso mítico de la unidad de animales y humanos se ha perdido en la realidad normal, es todavía accesible al chamán visionario en la realidad normal, es todavía accesible al chamán visionario en la realidad no-normal. El concepto de los aborígenes australianos de “Época del sueño” encierra este conocimiento, pues se refiere a un paso mitológico que todavía existe en un tiempo paralelo a la realidad normal del día de hoy, y en el que se puede entrar en sueños y visiones.
El Chamán es el único entre los humanos que normalmente puede llevar a cabo la unidad animal-humano al entrar en el estado chamánico de conciencia (ECC). Para el chamán que se encuentra en un estado alterado de conciencia el pasado místico es directamente accesible.
La mitología de los indios norteamericanos y sudamericanos está llena de personajes animales, y los mitos no cuentan la historia de un coyote, un cuervo o un oso, sino las aventuras de Coyote, Cuervo y Oso. En otras palabras, los personajes individuales representan especies completas o clases más grandes de animales. Esto es similar a la unidad que existe entre el espíritu del animal guardián del individuo con todo el género o la especie a la que pertenece. Esta unidad significativa que una persona normalmente posee no solo el poder de un oso o de un águila, sino el poder de Oso de Águila.
“Los ojos de un animal tienen el poder de hablar un lenguaje grandioso”
El hombre, desde su más pura esencia, ha tenido conocimiento ancestral de los poderes y la protección que pueden otorgarle los animales.
La prueba la tenemos en la observación de los pueblos indígenas y sus Tótems de Poder, constituidos por columnas de majestuosos animales. Un Tótem corresponde a la tribu, otro al clan y el otro a la familia.
Los niños, grandes sabios, tienen ese conocimiento y piden a sus padres animales de peluche para dormir con su protección. Todos y cada uno de nosotros tenemos uno que nos ayuda en nuestra vida diaria.
Los Animales de Poder suelen reflejar lo más profundo de nuestro ser, potenciales que permanecen ocultos en nuestro interior y también puede hablarnos de las cualidades que necesitamos en un momento determinado. Al igual que tus guías, puede que tengas el mismo animal a lo largo de tu vida o puede que cambie si tu evolución así lo requiere. También puede acudir a ti alguno de ellos, de forma puntual, para ayudarte con sus cualidades para una situación determinada.
La humanidad ha perdido el lazo instintivo con los ritmos y patrones de la Naturaleza. Ésta, intenta demostrarnos a diario que toda forma de vida es capaz de enseñarnos algo.
Si te interesas e informas sobre los animales (peces, aves, reptiles, insectos…) con los que te encuentras en la naturaleza, comprenderás mejor las circunstancias de tu vida en las que te encuentres. Los animales siguen diferentes estrategias, tanto físicas como de comportamiento, para sobrevivir y para afrontar los problemas que se encuentran en su día a día. Conocer tu animal o animales de poder y conocer su habilidad para lidiar con los obstáculos, te ayudará a ti a manejar los tuyos. Saber el modo en que sobrevive nuestro tótem nos permitirá mejorar nuestra propia vida. Podemos utilizar los tótems animales para descubrir aspectos de nosotros mismos. Si averiguas tu animal de poder, o tus animales totémicos y aprendes de ellos, serás capaz de invocar su energía cada vez que lo necesites.
Hay unos principios básicos a tener en cuenta sobre los animales totémicos, animales espirituales, protectores o de poder:
1. Todo animal tiene un espíritu
2. Cada animal tiene sus propios talentos. El estudio de esos talentos nos revelará la medicina o poder que te puede ayudar a desarrollar en tu propia vida. Recuerda que cada animal está especializado en algo
3. Los animales de poder que nos atraen son animales salvajes, no domésticos. El perro o el gato, puede ser el aspecto dócil de su homólogo salvaje, como el lobo o el tigre.
4. Es el animal el que elije a la persona y no al revés
5. Podemos tener un animal o varios que nos acompañan fielmente a lo largo de nuestra vida y otros pueden cambiar conforme vayamos evolucionando a lo largo de la vida. También pueden acudir a nuestra vida para ayudarnos en momentos puntuales de transición en que podamos necesitar de alguna de sus virtudes concretas. El animal de poder, permanece con nosotros desde que nacemos y durante toda nuestra vida. En cambio, hay animales que acuden a nuestra vida según la etapa evolutiva que atravesemos y van cambiando según nuestras necesidades y conforman nuestro tótem.
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